El agua es un elemento fundamental para la existencia de la vida, pero representa también una amenaza, por lo que constituye un problema crucial en todas las civilizaciones y en todas las épocas. El volumen L’acqua: risorsa e minaccia. La gestione delle risorse idriche e delle inondazioni in Europa (XIV-XIX secolo), editado por Elisabetta Bini, Diego Carnevale y Domenico Cecere y publicado recientemente por FedOA, reúne estudios sobre la gestión y transformación de las políticas hídricas y las catástrofes provocadas por el agua.
La obra recoge los resultados de la jornada de estudio del 10 de enero de 2020 en la Scuola Superiore Meridionale. El encuentro fue fruto de la colaboración entre el proyecto ERC DisComPoSE, dirigido por Domenico Cecere, y el proyecto Star 2017 DECIvE: DEaling with the Collective Interest in early modern Europe. A comparative analysis of urban water supplies administration in Southern Italy and France (17th-18th centuries), dirigido por Diego Carnevale.
El volumen subraya el vínculo constante entre el control y la gestión del abastecimiento del agua y los procesos de legitimación de los diferentes regímenes políticos en las distintas épocas de la historia. Además, destaca cómo las desigualdades sociales se vieron reforzadas en la mayoría de los casos por acontecimientos catastróficos y cómo incluso la reconstrucción tras las inundaciones pudo representar para determinados grupos sociales la oportunidad de redibujar los equilibrios territoriales.
Una de las líneas de investigación se refiere al análisis de las reacciones ante los efectos desastrosos de las inundaciones en los núcleos de población. Los autores examinan los efectos de las amenazas medioambientales en distintas sociedades del pasado y hasta qué punto estas se transformaron y reorganizaron frente a tales riesgos, aprendiendo de las trágicas experiencias vividas.
Las sociedades del Antiguo Régimen no siempre percibían los acontecimientos extremos y adversos de origen natural de forma fatalista, ni buscaban explicaciones para ellos únicamente en el plano sobrenatural. No estaba ausente la conciencia del origen natural y del carácter recurrente de ciertos fenómenos destructivos, así como de su potencial impacto en el orden social y político y en los procesos culturales.
A menudo, las amenazas relacionadas con el agua permitieron a las comunidades expuestas desarrollar comportamientos, construir infraestructuras o instituir magistraturas destinadas a la contención de los riesgos. Esto se debió al carácter fundamentalmente recurrente de las catástrofes hídricas y a su mayor previsibilidad en comparación con otros tipos de catástrofes medioambientales.
El perfeccionamiento de las prácticas adaptativas y preventivas que sugiere la transmisión y conservación de conocimientos y testimonios de desastres naturales es un indicio importante de que las sociedades del pasado tenían una cierta familiaridad con las amenazas procedentes de la convivencia con las aguas de ríos y lagos y eran conscientes de su propia vulnerabilidad ante determinados riesgos de origen medioambiental.
Debido al carácter recurrente de tales catástrofes, el recuerdo de sus efectos y las soluciones aplicadas en determinadas zonas para contener los daños se asentaron a menudo en la memoria local, influyendo en las creencias y las culturas, dando lugar en ocasiones a instituciones y políticas urbanas específicas, a determinados usos del espacio urbano y a prácticas sociales de respuesta o prevención.
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